Hablamos y oímos hablar mucho de mascarillas cosméticas coreanas, pero quizás no nos hayamos detenido nunca a pensar en el único aspecto que las hace únicas, y que hacen que durante la aplicación parezcamos los protagonistas de la película de terror más cruel… ¡las máscarillas de tejido!
Antes que nada decir que existen diferentes tipos de tejidos.
La mayoría de las mascarillas Skin IV, por ejemplo, están compuestas por materiales cien por cien natural, que derivan de la pulpa de la celulosa o de las algas Agar (que en su forma gelatinosa se convierten en el famoso hidrogel, al que se pueden añadir diferentes excipientes). Sin embargo, no todas las marcas se preocupan de que los ingredientes sean respetuosos con el medio ambiente, por lo que es necesario prestar atención tanto a la propia piel como al ambiente.
Además, un apartado especial se debe dedicar a las mascarillas de tejido negras embebidas de sérum.
El color negro se debe a un tratamiento mediante deposición física del vapor del carbón de bambú sobre el hilo de rayón. De esta forma se evita que el color negro, propio del carbón de bambú, deje antiestéticos residuos de color sobre la piel.
Por último, las máscaras para manos y pies se sigue una doble tecnología que combina un material hidrorepelente, usado en la parte externa y un material interno específico para la retención de los líquidos.
De esta forma se evita perder ni siquiera una gota del precioso sérum que contienen en su interior.
En fin, en las mascarillas SKIN IV la atención prestada a los materiales, a los ingredientes, a la naturaleza y a la la filosofía contra el despilfarro es total y a 360°.
¡No te queda más remedio que probarlas para comprobar personalmente los prodigiosos efectos que tendrán sobre tu piel!